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No creo que los españoles nos merezcamos lo que nos está pasando, me refiero a la aparente imposibilidad de crear un Gobierno. No puedo creer que primen los intereses partidistas sobre “la razón de Estado”. No voy a defender el significado exacto que dio a esta expresión Maquiavelo pero la tardanza en formar un Ejecutivo estable supone una amenaza para los proyectos de inversión en el país, la gente se piensa las cosas.
Supongo que de lo que se trata es mirar al futuro y no ver que se va a derogar de lo que se ha hecho en el pasado. Si hay que cambiar algo pues se cambia, si hay que modificar la Constitución pues se modifica, pero por favor Señores políticos dejen de tocarnos las pelotas. No nos lo merecemos. Creo que algo se ha avanzado en la última legislatura; ¿se podría haber hecho mejor?, pues seguramente sí, pero también peor, entonces vamos a preocuparnos por consolidar la recuperación económica.
Bruselas advierte que España está obligada a acometer una nueva ronda de recortes y reformas. La Comisión Europea deja claro que el mayor riesgo para la economía es “la incertidumbre que rodea la formación de Gobierno”. España crecerá más de lo que Bruselas preveía hace solo tres meses: el 2,8% este año y el 2,5% el próximo, varios cuerpos por encima de la media europea. A pesar de esa potente recuperación, tiene un par de problemas graves. Uno: enormes vulnerabilidades, que van del récord de Europa de paro (más del 20%) a la abultada deuda pública, privada y exterior, un equipaje peligroso si se abre un nuevo capítulo de la Gran Crisis. Y dos: un lío a la vista en Bruselas por su falta de rigor fiscal. España ha sido incapaz de cumplir los objetivos
de déficit público en la última legislatura. Ni un solo año. El agujero cerró 2015 en el 4,8% del PIB, seis décimas por encima de lo previsto, y se irá al 3,6% en 2016, ocho décimas más de lo pactado. Según la Comisión, el déficit no estará por debajo del 3% del PIB hasta 2017: con un año de retraso, que le puede costar a España una crisis política en Bruselas.
Por eso Srs. Políticos sean serios y déjense de tanta tontería y de tantos derechos y beneplácitos para vagos. Es posible que esta afirmación no le guste a alguien, pero me ratifico desde el convencimiento: “es necesario más trabajo y sacrificio de todos”, después ya vendrán los derechos.